ETICA SOCIAL
COMPROMISO SOCIAL
La Persona Humana
La persona humano no debe ser considerada únicamente como individualidad absoluta, edificada por si misma y sobre si misma, como si sus características propias no dependieran mas que de si misma. Tampoco debe se considerada como célula de un organismo dispuesto a reconocerlo a lo sumo un papel funcional dentro del sistema.
La fe cristiana, que invita a buscar en todas partes cuanto haya de bueno y digno el hombre.
El hombre ha sido creado por Dios como unidad de alma y cuerpo: « El alma espiritual e inmortal es el principio de unidad del ser humano, es aquello por el cual este existe como un todo «corpore et anima unus» en cuanto a persona.
La persona incluido el cuerpo esta confiada enteramente a si misma, y es en la unidad de alma y cuerpo donde ella es el sujeto de sus propios actos morales.
A menudo el termino ALMA designa en la Sagrada Escritura la vida humana,; o toda la persona humana. Pero designa también lo que hay de mas intimo en el hombre y de mas valor en él , aquello por lo que es particularmente imagen de Dios: «alma» significa el principio espiritual en el hombre.
Mediante su corporeidad el hombre unifica en su mismo los elementos del mundo material, « el cual alcanza por medio del hombre su mas alta cima y alza la vos para la libre alabanza del creador.
El hombre, por tanto tiene dos dimensiones diversas: es un ser material, vinculado a este mundo mediante su cuerpo, y un ser espiritual abierto a la trascendencia y al descubrimiento de «una verdad mas profunda.
A la persona humana pertenece la apertura a la trascendencia: el hombre esta abierto al infinito y a todos los seres creados. ( es decir a Dios).
La iglesia ve en el hombre, en cada hombre , la imagen viva de Dios mismo, imagen que encuentra, y esta llamada a descubrir cada vez mas profundamente, su plena razón de ser en el ministerio de Cristo.
El hombre imagen perfecta de Dios.
La defensa y la promoción de la dignidad humana «nos han sido confiadas por el creador, y de las que son rigurosa y responsablemente deudores los hombres y mujeres.
El hombre comprometido en su realidad histórica concreta, representa el corazón y el alma de la enseñanza social católica.
Toda doctrina se desarrolla, en efecto, a a partir del principio que afirma la inviolable dignidad.
